Descriptor: El cambio de siglo ha venido acompañado por una gran diversidad de dinámicas demográficas en los espacios rurales. Estas dinámicas, al observarse en su concreción local, no se han mantenido constantes ni en el tiempo, ni en su intensidad, ni en su signo. La continuación del descenso demográfico -y su correlato de despoblación- coexiste con el aumento de los contingentes por la extensión de la metropolización a zonas rurales -con su correlato de cambio social y aumento de la urbanización-; por su parte la llegada de inmigrantes, atraídos tanto por empleos netamente agrarios como por las bondades residenciales de determinadas localizaciones contribuyen también a la heterogeneidad poblacional de los espacios rurales. Además de estas dinámicas consolidadas —estrechamente vinculadas a la estructura demográfica y económica de unos espacios sujetos a múltiples influencias—, en el primer cuarto del siglo se han observado otras de carácter coyuntural. Entre ellas destacan las asociadas a la expansión del teletrabajo y a la pandemia de la COVID-19, cuyos efectos sobre los contingentes residentes en las áreas rurales parecen haber sido, en general, transitorios: los aumentos de población registrados durante la emergencia tendieron a revertirse una vez desaparecidas las condiciones que los propiciaron, si bien con notables heterogeneidades territoriales
Qué duda cabe que los resultados de la evolución demográfica tensionan los equipamientos y los servicios -en sentido amplio- de los que disponen las poblaciones rurales, al menos en un doble sentido: por un lado, se amenaza su continuidad allí donde los umbrales de población hacen inviables su existencia; por otro, los aumentos de población llevan a los existentes al límite. En ambos casos se pone de manifiesto la necesidad de una planificación que supera lo municipal y que podría extenderse a la gestión del patrimonio -material e inmaterial-; del paisaje; y de los nuevos aprovechamientos del espacio rural que hemos visto, si no aparecer, sí consolidarse en el mismo, en tanto en cuanto se resuelvan como elementos capaces de atraer, o al menos mantener, población.
Unas realidades todas que no son exclusivas del contexto español, sino que pueden encontrarse en otros territorios, alejados tanto en lo físico como en lo cultural, pero afectados en la misma medida por unas fuerzas subyacentes comunes en lo esencial.
Palabras clave: Evolución de la población rural (contingentes, densidades, estructuras, desequilibrios, actividades…). Mutaciones en la sociedad rural (descomposición y recomposición relacionadas con los nuevos pobladores). Consecuencias culturales, ambientales y territoriales de la evolución demográfica (paisajes de la ausencia, deterioro y pérdida del patrimonio material e inmaterial; pros y contras de la renaturalización, riesgos, amenazas; aislamientos físicos y sociales, falta de acceso a las formas de comunicación modernas, dificultades para atender los servicios básicos, nuevas necesidades ligadas a los aumentos de población…). Nuevos usos y actividades vinculadas a las bajas densidades de población.
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